El discurso del Rey (The King´s Speech, 2010) de Tom Hooper.

El duque de York (Colin Firth), que acabará convirtiéndose en Jorge VI, sufre tartamudez desde que era niño. Tras recurrir a multitud de especialistas con el objetivo de corregir su defecto, dará con un logopeda llamado Lionel Logue (Geoffrey Rush), cuyos métodos poco ortodoxos tratarán de poner fin a su problema.


El director Tom Hooper, al que se conoce fundamentalmente por sus producciones históricas para la televisión (Elizabeth I, John Adams), lleva a la pantalla esta historia de esfuerzo y autosuperación basada en la figura de Jorge VI del Reino Unido, monarca que accedió al trono tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.

The King´s Speech es una película tan correcta y académica en su forma como anodina y tibia en su fondo, y es que nada sobresale verdaderamente en un filme en el que lo más destacado es la interpretación de su protagonista principal, un Colin Firth que sale airoso en la caracterización de su agradecido personaje.


El guión tiende a ser simplón, escaso en la definición de caracteres y previsible en su desarrollo. Los diálogos adolecen de chispa y falta de ingenio, abundando una sobriedad discursiva que acaba cayendo en la sosería (incluyendo inevitables y manidas referencias a Shakespeare, faltaría más).

Se comete el error de no profundizar en el contexto histórico-político en el que transcurre, pasándose por él de puntillas, a pesar de que es precisamente ese clima de inestabilidad internacional el que debería otorgar al relato su verdadera dimensión épica y dramática.

La reconstrucción de época es menor, aunque la textura de grises y pardos que predomina en la imagen se corresponde de forma adecuada con la visión que a día de hoy tenemos de las fotos antiguas.


El conjunto posee un aire teatral que le resta dinamismo. No obstante, su grata limpieza narrativa favorece la comprensión de los hechos y situaciones que se exponen.

Se hubiese agradecido una mayor comicidad entre Firth y Rush, así como algo más de empaque emocional en la relación de amistad que surge entre ambos, excesivamente fría y profesional.

A pesar de lo comentado, la cinta se ve con agrado, resultando incluso ciertamente disfrutable si no nos la tomamos demasiado en serio.

2 comentarios:

  1. Jo pues es la gran favorita para los Oscar... de todas formas seguramente me decida a verla. Gran entrada Ricardo.

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  2. Hola, Pedro
    Efectivamente, sus doce candidaturas la reafirman como la gran favorita a los premios de la Academia. Sin olvidar a la cinta de Fincher.
    No pretendo que mi comentario te condicione a la hora de verla o no. Es más, te invito a que lo hagas. Que a mí no me haya convencido no significa que tú no la puedas disfrutar. Ya he dicho que es un filme muy correcto que se sigue con agrado. Particularmente echo en falta una mayor carga emocional que haga empatizar al público con los personajes y las situaciones que viven. También considero que se trata de una cinta tibia y poco atrevida. Su falta de ingenio resulta preocupante, pero es sólo una opinión.
    Gracias por dejar tu comentario. Ya me contarás si te ha gustado o no.
    Saludos.

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